martes, 28 de noviembre de 2017

Enredaderas desatendidas

Me di la vuelta y seguí andando y, aunque las semillas hacían mucho ruido mientras se resquebrajaban, no volví atrás. Intuía que sus raíces crecían y se enredaban, gritonas, y que habría flores y hojas al igual que espinas a mi espalda. Pero seguí caminando. Y cuando las ramas me impidieron el paso y me enredaron los pies no dejé de moverme, y al sentir su peso y sus heridas hice como si nada. No miré. No me giré. 

No veía lo que sucedía y, por lo tanto podía, simplemente, no haber dejado nada tras de mí. 



1 comentario:

  1. El sábado, día 8 tiene intención de quedar a cenar amigos de mi infancia... pero para mí quedaron atrapados en la enredadera del pasado. Que el pasado se quede en el pasado, y más cuando ya en el pasado estaba vacío.

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